Hoy comenzaba el día muy tranquilo. Pocos pacientes en boxes. Estaba repasando la medicación que había pautada para las 9.
Comencé a dar la medicación a
los pacientes, cuando sonó la alarma del box vital.
Desde que he comenzado las
prácticas de urgencias no he presenciado una RCP, bueno, pues hoy ha sido el
día.
Era una paciente de 83 años.
No se había iniciado el masaje cardiaco ya que la paciente había sido llevada
al hospital por sus familiares. Antecedentes de hipertensión y arritmias.
Las dos enfermeras, cada una a cada lado del paciente, comenzaron a intentar coger un vía. La canalización se presentaba
muy complicada.
Las auxilares se encargaban de cortar la ropa de la paciente y de colocar los electrodos.
Los médicos comenzaron a
darle ambú.
Querían saber cuánto tiempo llevaba en PCR por si hubiera
transcurrido demasiado tiempo en PCR, para ello decidieron salir a preguntar a la famialiar. Primero salió una, al ver que tardaba salió otra y
después una tercera.
La tercera rápidamente volvió
y dijo que había que comenzar la RCP ya que tan solo llevaba en parada 5 minutos.
Cuando estudias el protocolo
de actuación de RCP, parece que te quedan perfectamente claro cuáles son los
pasos a seguir. Pues la realidad es muy diferente.
Yo observaba la acutación y pensaba que el masaje se
tenía que haber comenzado en cuento la paciente entró en el box. Si
posteriormente te informan que lleva demasiado tiempo en parada, es cuando se
puede decidir no intentarlo. Pero eso fueron segundos importantísimos que se
habían perdido.
Una vez iniciado el masaje se
comenzó a intubar al paciente. En ese momento percibí que la paciente no
tenía el guedel puesto por lo que la ventilación probablemente sería menos
efectiva.
La canalización de vías
periféricas fue imposible, por lo que también se intento la canalización de la
arteria femoral, la cual tampoco fue posible.
Minutos más tarde los médicos
decidieron parar y certificar el fallecimiento.
Al salir del box una de las
enfermeras me preguntó que me había parecido la actuación y si había percibido
algún fallo. Le expliqué los fallos que creía que se habían cometido y me
confirmó que efectivamente habían sido esos.
Como conclusión me gustaría
decir que estos momentos son muy tensos. Hay mucha gente tomando decisiones y
tal vez esto provoque una actitud de menor preocupación por la toma de
decisiones.
Puesto que son momentos son muy
difíciles de manejar, considero que podría ser útil que inmediatamente después
de la actuación se reunieran todos los intervinientes y se comentaran todos los
fallos, las posibles mejoras y los procedimientos que resultan efectivos.
Creo que esto puede ser bueno
para tratar de no volver a cometer los mismos errores y con el tiempo se vaya
perfeccionando las actuaciones.
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